En este libro, Honoré habla de cómo vivimos siempre corriendo: el trabajo, las actividades diarias, las redes, ¡todo parece una carrera contra el reloj! Pero también nos propone algo liberador: desacelerar. No se trata de hacer todo lento, sino de encontrar el ritmo adecuado para cada cosa y, sobre todo, disfrutar más del momento.
Les comparto un ejemplo del libro que me encantó: habla de cómo, al comer, muchas veces estamos tan apurados que ni siquiera saboreamos la comida. Cambiar eso es tan simple como sentarnos con calma, apagar el celular y enfocarnos en cada bocado. Esto no solo hace que disfrutemos más, sino que también ayuda a la digestión y a nuestra salud.
¿Cómo podemos empezar a aplicar la filosofía de la lentitud en la vida cotidiana?
Les propongo algo para esta semana:
El libro nos invita a descubrir que no necesitamos correr para llegar a todos lados. A veces, bajando un cambio, podemos conectar más con lo que estamos haciendo y disfrutar de las pequeñas cosas.
¿Qué les parece si esta semana intentamos desacelerar juntos/as? Me encantaría saber cómo les va y qué descubren en el camino.
¡Les leo!
🤟Diego.